miércoles, 21 de octubre de 2015

¿PORQUÉ EL CASTIGO NO DA RESULTADO?




Hay mucha diferencia entre adquirir disciplina mediante la identificación con las personas a las que se admira o que te impongan o, a veces, te la inflijan dolorosamente.
 
El castigo puede reprimir al niño en un momento dado, pero no le enseñará disciplina. Lo que los niños aprenden del castigo es que la fuerza es la razón.
Cuando los niños son lo suficientemente mayores y fuertes, buscarán la revancha, así muchos niños castigan a sus padres actuando de modo que les disguste.
Cualquier castigo (corporal o emotivo) nos pone en contra de la persona que nos la inflige. Y aquí debemos recordar que las heridas de los sentimientos pueden durar mucho más que el dolor físico.
Aunque las críticas o el temor al castigo puedan impedir que hagamos algo que está mal, no nos hace sentir el deseo de obrar bien.
Es conveniente dejar de utilizar estas medidas de corrección negativas y dar paso a otros métodos para la educación de nuestros hijos que promuevan la única disciplina eficaz, la autodisciplina, la cual responde al deseo interno de actuar meritoriamente con el fin de estar bien conmigo mismo de acuerdo con tus propios valores.


 

viernes, 16 de octubre de 2015

URGENTE VS IMPORTANTE

 
 


Normalmente las cosas urgentes son los distractores más efectivos que existen y nos pueden desviar la concentración de las actividades verdaderamente importantes hasta sacarnos del rumbo de un proyecto o tarea vital.
Es el momento de parar, de reflexionar sobre las prioridades que tenemos en la vida: Proyectos personales, ocio, familia...
Aprender a gestionar el tiempo de manera óptima, puede ayudarnos no solo a atender  esas urgencias que se producen en el día a día, sino también a disponer parte de nuestro tiempo a lo que realmente es importante para cada uno de nosotros.
 
    ¡ Es tiempo para lo que realmente  importa!

miércoles, 14 de octubre de 2015

Niños complacientes

 
 
 
 
Los niños toman comportamientos complacientes para obtener así el amor de sus padres.
 
Si uno ha sentido que para ser querido tiene que ser “buen chico” y además cualquier indicio de rebeldía ha sido censurado, entonces se darán todas las condiciones necesarias para que siga manteniendo esta conducta complaciente.
 
El niño que se desvive por complacer, está constantemente dirigiendo su energía hacia el exterior en vez de satisfacer sus propias necesidades, de ahí que tras la complacencia se esconda mucho resentimiento. Mostrar esa parte de rebeldía, de enojarse, de discernir, de adoptar su propia posición y de expresar sus opiniones, inherente a cualquier ser humano, va a generar gran cantidad de angustia y culpa.
 
Es necesario ayudar a los chicos "demasiado buenos" a descubrir aquellas facetas suyas que les parecen perturbadoras y atemorizantes, así como ayudarles a expresarse libremente de manera responsable.